En los días abrasadores del verano, es tentador recurrir al aire acondicionado para mantener la temperatura a raya durante las noches.
Sin embargo, los expertos en salud nos alertan sobre los posibles efectos negativos que puede tener el dormir toda la noche con el aire acondicionado.
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Investigaciones científicas han arrojado luz sobre cómo el uso prolongado del aire acondicionado durante el sueño puede afectar negativamente nuestra salud respiratoria y la piel. Los aires acondicionados, si bien logran crear un ambiente más fresco, también tienden a reducir la humedad del aire, por lo que puede resecar las vías respiratorias y la piel. Esta sequedad podría agravar condiciones respiratorias preexistentes, tales como alergias, asma y bronquitis, y al mismo tiempo, contribuir a la irritación de la piel y un exceso de resequedad cutánea.
Además, el uso constante del aire acondicionado durante toda la noche puede propiciar un enfriamiento excesivo del cuerpo. Si la temperatura en la habitación se mantiene muy baja durante mucho tiempo, el cuerpo puede tener dificultades para regular su temperatura interna, generando calambres musculares y rigidez.
El ruido generado por el funcionamiento del aparato también es un aspecto a considerar. El zumbido constante del aire acondicionado puede perturbar la calidad del sueño y el descanso, lo que se traduce en una sensación de cansancio y fatiga durante el día siguiente.
Afortunadamente, existen alternativas para mantenernos frescos durante las noches sin depender exclusivamente del aire acondicionado. Aquí presentamos algunas recomendaciones de los especialistas:
Abrir ventanas y puertas durante la noche para permitir la circulación del aire fresco. Esta práctica puede ayudar a mantener el ambiente a una temperatura confortable y al mismo tiempo garantizar la renovación del aire en el interior.
Los ventiladores son una excelente manera de generar una brisa suave que contribuye a mantener el ambiente fresco. Colocar el ventilador cerca de la ventana para que el aire fresco del exterior sea impulsado hacia adentro puede ser especialmente efectivo.
Optar por sábanas y mantas ligeras y transpirables puede prevenir el sobrecalentamiento durante la noche. Los materiales naturales, como el algodón y el lino, son opciones ideales para permitir una adecuada regulación térmica.
Si se decide utilizar el aire acondicionado, es aconsejable apagarlo durante ciertas horas de la noche para permitir que el cuerpo se aclimate gradualmente a la temperatura ambiente.
También puedes seguir la opinión de un experto, que recomienda el modo ´sleep´.
Esto puede ayudar a prevenir el enfriamiento excesivo y promover un sueño más reparador.