Las frutas son alimentos indispensables para una dieta equilibrada y saludable. Nos aportan vitaminas, minerales, antioxidantes, fibra y agua, que contribuyen a prevenir y combatir diversas enfermedades. Pero, ¿cuál es la fruta más saludable del mundo según la ciencia?.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda al menos 400 gramos al día de frutas y verduras, o lo que es lo mismo, 5 porciones de 80 gramos cada una. Esta cantidad nos ayuda a garantizar una ingesta suficiente de fibra dietética y de nutrientes esenciales para el buen funcionamiento de nuestro organismo.
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Sin embargo, no todas las frutas y verduras tienen el mismo valor nutricional ni los mismos beneficios para la salud. Algunas destacan por su contenido en vitamina C, otras por su aporte de carotenoides, otras por su poder antioxidante o antiinflamatorio, etc.
Un estudio realizado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos clasificó 40 frutas y verduras según su densidad de nutrientes. Esto es la cantidad de nutrientes que aportan en relación con su contenido calórico.
El estudio se basó en el índice de alimentación saludable alternativo 2010 (AHEI-2010), que incluye 17 nutrientes de interés para la salud pública. Entre estos están la vitamina A, la vitamina C, el folato, el calcio, hierro, potasio o fibra.
Los resultados mostraron que las frutas y verduras con mayor densidad de nutrientes eran las de color verde oscuro, naranja o rojo. Entre las frutas, la primera que aparece en el listado son los tomates.
El tomate es una fruta originaria de América que se ha extendido por todo el mundo gracias a su versatilidad culinaria y propiedades nutritivas.
Se puede consumir crudo o cocinado, en ensaladas, sopas, salsas, zumos o untado en pan. Existen más de 20.000 variedades de tomates con diferentes formas, colores y sabores.
El tomate tiene un bajo contenido calórico (alrededor de 22 kcal/100 g) y un alto contenido en agua (94%). Su principal componente después del agua son los hidratos de carbono (3%), que le confieren un ligero sabor dulce. También contiene fibra (1%), que favorece el tránsito intestinal y la sensación de saciedad.
Entre los minerales que aporta el tomate destacan el potasio (237 mg/100 g), que ayuda a regular la presión arterial y la función muscular. También el magnesio (11 mg/100 g), que interviene en el metabolismo energético y en la transmisión nerviosa.
No olvidamos el fósforo (24 mg/100 g), que forma parte de los huesos y los dientes. Y por último el calcio (10 mg/100 g), que también contribuye a la salud ósea y a la coagulación sanguínea.
El tomate es una buena fuente de vitaminas, especialmente de vitamina C (38 mg/100 g), que tiene un efecto antioxidante. Además, estimula el sistema inmunitario y favorece la absorción del hierro.
Vitamina A (300 mcg/100 g), que mejora la visión, protege la piel y las mucosas y previene infecciones. Vitamina E (0,54 mg/100 g), que también tiene un papel antioxidante y antiinflamatorio. Y vitamina K (7,9 mcg/100 g), que interviene en la coagulación sanguínea y en el metabolismo óseo.
Pero sin duda, el compuesto más interesante del tomate es el licopeno, un pigmento rojo que pertenece al grupo de los carotenoides y que le confiere su color. El licopeno es un potente antioxidante natural que protege las células del daño causado por los radicales libres.
Se ha demostrado que el licopeno tiene efectos beneficiosos para prevenir o tratar diversas enfermedades. Entre estas están el cáncer de próstata o el de piel. Pero también enfermedades cardiovasculares, la diabetes tipo 2, la hipertensión, el colesterol alto o la degeneración macular.
El licopeno se encuentra en mayor cantidad en los tomates maduros y en los productos derivados del tomate. Esto se debe a que el licopeno se libera de las paredes celulares del tomate al someterlo a procesos de cocción o trituración.
Además, el licopeno es liposoluble, es decir, se disuelve en grasas. De este modo se absorbe mejor cuando se consume el tomate junto con aceite de oliva o con otros alimentos que contengan grasa.
En conclusión, el tomate es una fruta muy saludable que nos aporta una gran cantidad de nutrientes y antioxidantes que nos ayudan a prevenir y combatir diversas enfermedades. Por eso, se recomienda incluirlo en nuestra dieta diaria, tanto crudo como cocinado, y aprovechar sus múltiples formas de preparación y consumo.