EL telescopio Webb está siendo uno de los más famosos en estos últimos años, y con razón. Si os fijáis en nuestras noticias, cada poco tiempo os estamos compartiendo alguno de sus últimos hallazgos. En esta última ocasión, ha detectado un agujero negro supermasivo.
Los agujeros negros son uno de los enigmas que más curiosidad generan en el mundo científico. Un misterio que sigue generando numerosas hipótesis sobre su existencia pero, de momento, hipótesis. Con la ayuda del telescopio James Webb se espera recopilar información que ayude a desvelar sus secretos.
El telescopio Webb detectó la presencia de este fenómeno, siendo su magnitud una de las primeras sorpresas, pero no la única. Lo también sorprendente ha sido ver dónde está ubicado, literalmente, en los confines del universo.
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Este agujero negro supermasivo se ha localizado en una galaxia muy lejana, llamada CEERS 1019. Se caracteriza por ser una cadena de tres puntos brillantes, en lugar de la famosa forma de disco de otras galaxias. Se cree que ésta se formó hace 570 millones de años después del Big Bang y que el agujero negro tendría 13.000 millones de años.
La otra gran sorpresa es el pequeño tamaño de esta región oscura, comparada con otros similares en edad. Según un comunicado de la NASA “Este agujero negro registra alrededor de 9 millones de masas solares”. Es decir, es unas 333.000 veces más grande que la propia Tierra.
El tamaño habitual de los agujeros negros es de más de mil millones de veces la masa del Sol (es más grande que la Tierra). Por tanto, es mucho más pequeño que otros agujeros negros que existieron en el universo primitivo. Los científicos afirman no tener del todo claro cómo es esto posible pues, en aquel entonces, había pozos de gravedad de mayor tamaño.
Igualmente, los investigadores han detectado otros dos más. Estos se encuentran próximos y se insinúa que podrían haberse formado alrededor de mil millones de años después de la explosión cósmica. La sorpresa continúa, siguen siendo pequeños en comparación con sus congéneres del mismo periodo.
Los dos agujeros negros que también se han identificado tienen una edad aproximada de 1.000 millones y 1.100 millones años después del Big Bang. Tienen una masa baja, de unos diez millones de veces la masa solar. Estos se encuentran en las galaxias CEERS 2782 y CEERS 746.
Se han descubierto también 11 nuevas galaxias de cuando el universo tenía entre 470 y 675 millones de años.
Los científicos imaginaban que debían de existir agujeros negros con baja masa pero nunca se habían podido observar. Ahora, hay pruebas de ello. Y no solo eso, con el telescopio Webb se han podido observar con gran claridad.