Uno de los temas que más se han estudiado y que siguen siendo motivo e inspiración en todos los campos, es el amor. A pesar de que transcurran años, civilizaciones y culturas, el amor sigue siendo uno de los temas más controvertidos. ¿Cuántas veces se ha hablado sobre la diferencia de edad en las parejas, lo correcto o lo tachable?
Uno de los últimos estudios realizados sobre esta temática se ha llevado a cabo en la Universidad Emory de Atlanta, ubicada en Estados Unidos. Han tomado como objeto de estudio el amor, concretamente, el vínculo entre la diferencia de edad y la probabilidad de separación. ¿Es mejor que haya una diferencia grande o pequeña para que la relación sea un éxito a largo plazo?
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El estudio ha mostrado que las parejas que tienen:
La conclusión de este estudio es que, a mayor diferencia de edad entre las parejas, más probabilidad hay de que se produzca una separación. Por tanto, esta investigación sugiere que el éxito de una relación de pareja es encontrar el amor con alguien de una edad similar.
Este dato se apoyaría en la idea de que se pueden compartir más experiencias vitales y de desarrollo personal estando en una edad similar. Lo cual, sería beneficioso para poder afrontar mejor los conflictos y comprender a la pareja. Aunque, dicho sea de paso, no tiene tanto que ver con la edad como con la persona.
Por supuesto, también se afirma que estos resultados no pueden concluir con que todas las parejas que tengan otra diferencia de edad no funcionen. Simplemente, lo que pretenden señalar, son probabilidades científicas para ver si había un vínculo entre la diferencia de edad y el éxito de la relación. Por tanto, no se puede tomar como una ley pues siempre habrá múltiples excepciones.
Otra de las variables que han surgido en este estudio es la descendencia, lo cual ha dado pie a unas conclusiones interesantes.
Las estadísticas muestran que tener un bebé antes de contraer matrimonio podría ayudar a reducir las probabilidades de una futura separación. Estos participantes tenían un 59% menos de probabilidad de separarse después de casarse, frente a aquellos que se habían casado sin hijos. Este dato vendría a señalar que tener hijos durante el matrimonio podría ser un desencadenante para la separación.