Hay actos que realizamos todos los seres humanos y ni siquiera nos damos cuenta. Incluso algunos animales también lo hacen. Un ejemplo claro es el bostezo, que sigue siendo una incógnita a muchos niveles para la comunidad científica.
¿Alguna vez te ha pasado que viste bostezar a alguien y te entraron ganas a ti también? Te podemos explicar el motivo. O por lo menos contarte algunas teorías, porque efectivamente es algo sobre lo que se debate mucho.
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Lo que si podemos adelantarte, es que no tiene tanto que ver con el aburrimiento y el sueño como probablemente pensabas. Y tiene más que ver con las funciones del cerebro.
Interesante, ¿Verdad? ¡Vamos a contarte más datos sobre ello!
Desde los años ochenta se han realizado muchas investigaciones sobre la función de bostezar. Efectivamente había muchas teorías sobre que estaba relacionado con el aburrimiento y el sueño. Y también otras teorías que decían que se debía a que había bajo oxígeno en sangre y de esta forma se regeneraba.
Pero hoy en día los expertos lo tienen algo más claro, y es que bostezar está relacionado con la regulación térmica cerebral. Porque a veces el cuerpo experimenta cambios bruscos en la temperatura corporal, y el cerebro manda señales para que se pueda regular solo. Esa señal es el bostezo.
Con ese simple gesto llevamos aire al cerebro, y la temperatura se equilibra automáticamente. Esa es, al menos, la conclusión a la que han llegado desde la Universidad Estatal de Nueva York.
Y con la bajada de temperatura que el cerebro pide, no solamente se consigue que este tenga aire fresco. Esto ayuda a la mejora de la circulación sanguínea cerebral. Y además mejora en relación con esto la función del resto de los órganos del cuerpo.
Otro gran misterio es el hecho de que ves a alguien bostezar y te entran ganas a ti también. Es algo bastante común que probablemente te ha pasado cuando estabas en presencia de alguien.
¿Pasa igual con cualquier persona? ¿Tiene que ver con que nuestro cerebro también necesita regular su propia temperatura? La respuesta es realmente sencilla.
Resulta que hay ciertos estudios psicológicos que hablan de que el contagio en el bostezo es una cuestión de empatía. Nuestro cerebro siente la necesidad de acompañar al sentimiento que acompaña a la otra persona. Y es que, de hecho, nos sucede más cuando se trata de alguien a quien queremos.
Así pues si tu pareja, algún familiar o amigo se pone a bostezar, probablemente tú también bostezarás. Y de igual forma te puede suceder con personas desconocidas, aunque es menos común.
No obstante, todo esto son estudios basados en un número concreto de individuos. Probablemente la comunidad científica va a seguir estudiando sobre ello, porque pueden surgir nuevas teorías.
Bostezar es uno de los actos más misteriosos de todos los que hace el ser humano. Sobre todo porque es un acto reflejo que no se puede controlar, únicamente disimular y además lo hacemos desde que nacemos. Es algo como pestañear, que forma parte de nosotros sin que lo hayamos elegido.
Eso sí, podemos decir que es realmente fascinante que nuestro cuerpo tenga acciones tan empáticas como bostezar cuando alguien bosteza. Y que pueda ser el cerebro el que tome decisiones así. Esto solamente significa que hay mucho sobre la mente humana que aún se puede investigar.
En conclusión, bostezar es un acto reflejo que tiene que ver con la regulación de la temperatura corporal. Y que se puede contagiar por un movimiento empático que nuestro cerebro tiene con los otros, especialmente con esas personas a las que queremos.